El acoso escolar, es una de las situaciones más duras con las que se pueden encontrar los y las adolescentes en la escuela. Se trata de una forma de maltrato reiterada por parte de un chico, chica o un grupo a otro compañero o compañera de clase. Cualquier forma de maltrato físico, psicológico o verbal que se ejerce sobre un escolar durante un tiempo prolongado está considerado acoso.

Se trata de un hecho muy grave que, en el caso de algunas de las víctimas, puede tener consecuencias muy serias. Por eso es importante detectarlo, aunque en muchos casos sea difícil.
Los chicos o chicas que se ven sometidos a este tipo de acoso llegan a vivir aterrorizados, tienen pavor a ir a la escuela y en algunos casos llegan a tener depresión y pensamientos de suicidio que, en ocasiones, llevan a cabo. Son situaciones tan peligrosas que padres y madres y profesorado deben vigilar estrechamente para descubrirlas.

Aunque puede darse en niños y niñas de todas las edades, lo más frecuente es que ocurra en la adolescencia. Se considera que un tercio de los y las adolescentes de entre 12 y 16 años vive o ha vivido una situación cercana al acoso como acosado/a o como acosador/a, aunque el porcentaje de chicos o chicas que sufren un acoso escolar grave es mucho más bajo, ya que está entorno al 3%; y es algo más frecuente entre las chicas que entre los chicos.

Tipos de acoso

  • Agresiones verbales: insultos, hablar mal de alguien, expandir rumores malintencionados,… .
  • Agresiones psicológicas: intimidaciones para provocar miedo y conseguir que la víctima haga algo que no quiere hacer (entregar su dinero u objetos personales o cualquier otra cosa bajo coacción…).
  • Agresiones físicas: palizas o simples golpes, robos o el destrozo de materiales u objetos.
  • Aislamiento social: aislar a la víctima impidiéndole participar en las actividades de los compañeros y compañeras de clase o, en algunos casos, dejando de hablarle y haciendo que los demás tampoco le hablen y se relacionen con él o ella.
  • Agresiones sexuales: todas las agresiones que tienen como objetivo hacer que la víctima se sienta humillada o incómoda. La forma más frecuente del acoso sexual en la escuela es con la utilización de los teléfonos móviles o las redes sociales.
  • Agresiones racistas: insultos racistas cuando la víctima pertenece a alguna minoría.



Characteristics-of-Bullying-Victims-in-School-642x336Cuando padres y madres descubren que su hijo o hija está implicado en un caso de acoso escolar, ya sea como víctima o como agresor/a, deben actuar inmediatamente. Lo primero que hay que hacer es avisar a la escuela. Hablar con la dirección y con el profesorado, y en los casos en los que se haya producido una agresión grave hay que denunciarlo a la policía.

Qué hacer si tu hijo o hija es la víctima
Los padres y madres de chicos o chicas que son víctimas de acoso escolar tienen que establecer con la escuela un plan para salir de esa situación y mantenerse en contacto continuo con consejeros y profesorado para seguir la evolución del proceso.
Hay que darle todo el apoyo a la víctima: habrá que explicarle y conseguir que entienda que él o ella no es culpable de nada, que ha estado sometido/a a una situación de maltrato y buscar fórmulas para restaurar su autoestima. En ocasiones puede ser necesaria la ayuda de terapia.

Qué hacer si tu hijo o hija es el acosador/la acosadora
Las medidas que deben tomar las familias de los acosadores y las acosadoras también exigen que se mantengan en comunicación con la escuela para seguir la evolución de la situación. De igual modo deben hacer entender a su hijo o hija que el acoso es inaceptable, que es muy grave e incluso puede ser un delito. Habrá que tomar las medidas necesarias para detener este comportamiento.

Qué hacer si tu hijo o hija es observador/a
Es muy frecuente que en los casos de acoso escolar exista una víctima, uno o varios acosadores o acosadoras y un grupo de observadores. La adhesión al grupo de amigos y amigas es una de las principales características de la adolescencia y hay veces que chicos o chicas siguen a un/a líder sin importar lo que este/a haga.
Las familias de chicos y chicas que se han convertido en observadores/as deben actuar igualmente. Si tienen noticia de un caso de acoso deben comunicarlo a la escuela inmediatamente, explicando a su hijo o hija lo que van a hacer y la importancia de hacerlo. Deben asegurarse de que su hijo o hija comprende que la valentía y la madurez están precisamente en no callarse ante este tipo de situaciones.