Lo ideal sería que adolescentes y jóvenes no se vieran en una situación como esta, y para ello, la educación y la prevención son fundamentales tanto en la familia como en otros espacios socializadores; pero desafortunadamente, los datos nos muestran que la realidad es otra y por ello, es importante que tengan unas nociones básicas de primeros auxilios y enseñarles qué es lo que deben hacer en caso de que algún amigo o alguna amiga sufra un intoxicación etílica más o menos grave.

Aunque formalmente se reconoce el riesgo de asociar drogas y alcohol a la conducción, en la práctica este reconocimiento queda minimizado, dando lugar a cifras alarmantes: un tercio de los y las automovilistas de entre 18 y 30 años, admite haber conducido después de haber bebido “sustancialmente” alcohol.

Para un buen comienzo de año, os traemos una guía para quienes os preocupe la elección de los estudios y la profesión de vuestros hijos e hijas en los años escolares.
Esperamos que os sirva de ayuda.