Las bebidas energéticas han sido polémicas desde que su uso se ha vuelto masivo. Sus altas dosis de cafeína y otros estimulantes han calado en el público general, sobre todo en adolescentes.
Un nuevo estudio ha mostrado que las bebidas energéticas pueden elevar las presión arterial a jóvenes sanos aumentando así el riesgo a padecer eventos cardiovasculares. Esta relación eleva la preocupación que ya existe sobre el abuso de bebidas energéticas entre los y las más jóvenes, al haberse asociado este abuso con modificaciones de la conducta y alteraciones en las capacidades cognitivas.