Todos sabemos que la etapa de la adolescencia es una edad complicada. En esta edad, los y las adolescentes deben empezar a ser más autónomos y autónomas, sin que los adultos deban estar todo el día detrás de ellos y ellas. Es imprescindible que haya mucho dialogo en la familia para que comprendan las situaciones y las consecuencias de sus decisiones y actos y puedan encontrar soluciones y respuestas por sí mismos/mismas aunque siempre bajo la supervisión de padres y madres.

Aunque padres y madres intentan fomentar en hijos e hijas cierta independencia durante la adolescencia, a menudo, por las inseguridades y los miedos de la familia a los primeros consumos de alcohol y otras drogas, los primeros contactos sexuales, el fracaso escolar o todo tipo de conductas de riesgo, se tiende a protegerles en exceso de experiencias desagradables. Por otra parte, la situación actual de nuestra sociedad, hace que la juventud dependa económicamente de la familia durante más tiempo.

Todo esto lleva a que jóvenes y adolescentes quieran y busquen su independencia, pero que al mismo tiempo, sean muy dependientes.padres-afuera
A pesar de querer ser independientes y autónomos/autónomas, la mayoría de las veces esto no va relacionado con querer ser responsables: a esta edad quieren ser libres, lo que supone oponerse a las responsabilidades que le llegan del marco familiar. Esto ocasiona múltiples conflictos en la familia. La responsabilidad que vayan adquiriendo respecto a sus tareas, obligaciones, sus compromisos, en la familia, en la escuela, con el grupo de iguales, con los valores… permitirán la unión entre autonomía y responsabilidad.

Se deben usar las pequeñas cosas que les gustan para que se vuelvan más responsables, sin darles una libertad completa. Es necesario premiar su buen comportamiento y la responsabilidad que asumen en cada una de las situaciones de su vida, dándoles más beneficios y autonomía cuando demuestren que son responsables, es decir, premiándoles de alguna manera (dejándoles salir hasta más tarde con sus amigos y amigas, más tiempo de uso del ordenador, comprándoles esas zapatillas que tanto les gustan,…).
Por el contrario, cuando actuen de forma no responsable, se les deberá rebajar la libertad y los beneficios que tienen, y de esta manera, conseguiremos potenciar que sean responsables y vayan controlando sus emociones.

Debemos tener presente que cuando se equivoquen, no es nada aconsejable compararles con nosotros/as mismos/as o con otras personas, como hermanos, hermanas, amigos o amigas.

Otro aspecto a tener en cuenta es el papel de los padres y madres: hay que entender que ya no se es la figura que los niños y niñas veían como perfecta, sino que ahora ven a sus progenitores como son en realidad. Esto significa que puede haber una pérdida de autoridad de los padres y madres si no se sabe ser firme y dar ejemplo de conducta. Es importante que si se les quita alguno de los beneficios que han conseguido, no se les devuelva en el instante siguiente solo por poner buena cara o prometer que no repetirán esa conducta.
Hay que mantenerse firme.