La lectura, además de ser una afición placentera, fuente de múltiples satisfacciones, es también un actividad beneficiosa para el desarrollo cognitivo, psicológico y emocional de las personas y sobre todo, de niños y niñas.
Nunca es tarde para inculcar el hábito de la lectura a hijos e hijas, pero como en todas las cosas, la adquisición de los hábitos suele ser más fácil en edades más tempranas; por tanto, cuanto antes empecemos a transmitirles la pasión por la lectura, más se beneficiaran de sus efectos positivos.
A continuación enumeramos unos cuantos de los muchos efectos positivos que tiene la lectura sobre niños y niñas:
- Mejora la concentración: la lectura hace que los niños y las niñas aprendan a concentrarse; poco a poco irán mejorando en concentración y podrán aplicarla en el resto de sus actividades cotidianas.
- Ayuda a la memoria: la memoria está ligada a la emoción, por lo que cuando lean una historia que les guste mucho, no la olvidarán; además, cuando empiecen con novelas más extensas enlazarán un capítulo tras otro recordando de forma natural la historia y, por tanto, favoreciendo, también de forma natural la memoria.
- Gran entretenimiento: lo principal es conseguir que niños y niñas se diviertan leyendo y para eso es importante leer con ellos y ellas, contarles historias y hacer que las disfruten.
- Enriquece el lenguaje: leyendo aprenderán nuevas palabras. Cuanto más rico sea su vocabulario, mejor podrán expresar emociones y sentimientos y describir acontecimientos cotidianos.
- Mejora la ortografía y la redacción: de forma inconsciente, van incorporando a su lenguaje cotidiano estructuras complejas y palabras correctamente escritas. Antes de que empiecen a leer constantemente mensajes repletos de faltas de ortografía en las redes sociales, es mejor que tengan su ortografía bien afianzada para no acabar cometiendo errores.
- Desarrolla la creatividad: aunque terminen los libros, seguirán dando vida en su imaginación a sus personajes predilectos. Son ventanas al mundo: a través de los libros podrán viajar a países lejanos, incluso, a países inexistentes y podrán descubrir el mundo que les aguarda fuera y comparar las experiencias de otros con las propias.
- Ejercita el cerebro: leer requiere de un esfuerzo, por eso, algunos niños y niñas no suelen querer leer; sin embargo, se les hará cada vez más sencillo y ejercitarán el cerebro sin percatarse, siempre que los contenidos les gusten y, a la vez, les supongan un ligero reto.
- Incrementa la empatía: favorece de forma inconsciente la capacidad para ponerse en el lugar de otras personas; así, del mismo modo que vive aventuras a través de los personajes, también aprenderá a entender los sentimientos de terceras personas, mejorando su empatía.
- Brinda información y conocimiento: tanto en historias de fantasía, como en relatos más realistas, la información será absorbida por el cerebro del niño o la niña sin necesidad de esfuerzo, ya que no se trata de memorizar, sino de disfrutar.
- Reduce el estrés y mejora el ánimo: es una actividad que se realiza en un entorno de tranquilidad y de reposo. Requiere atención, por lo que es imprescindible dejar a un lado las preocupaciones para poder leer.
- Fomenta la curiosidad y las ganas de saber: los libros hacen que los niños y niñas se pregunten por cuestiones sencillas o trascendentales.
- Estimula la reflexión: las historias con moraleja o las relacionadas con la educación en valores estimulan de forma obvia la reflexión, sin embargo, en general, la lectura la activa de forma natural, planteando interrogantes o replanteándoles la realidad.