Las familias con adolescentes viven, con frecuencia, muy preocupadas esta etapa de la vida de sus hijos e hijas.

Para evitar preocuparse por todo es muy útil detectar con antelación cuáles son los riesgos más frecuentes que corren los y las adolescentes. Hay que ser consciente de que la mayoría no van a tener esos problemas, pero si evaluamos con antelación dónde pueden aparecer los problemas, estaremos más preparados y preparadas para afrontarlos si es que llegan a darse.

Conocer los problemas más frecuentes de la adolescencia puede servir a las familias para desactivarlos.

  • Problemas en la escuela. Algunos y algunas adolescentes que nunca habían tenido problemas de rendimiento o de comportamiento en la escuela comienzan a mostrarlos en estos momentos. La solución a ello es actuar de inmediato. La familia debe ponerse en contacto con el centro escolar y elaborar conjuntamente una estrategia que impida que los chicos y chicas quieran dejar la escuela o que su rendimiento baje hasta niveles que afecten a su futuro.
  • Problemas en las relaciones familiares. El problema más frecuente de la adolescencia suele ser la relación con sus padres y madres. Para evitarlo, o al menos minimizarlo, padres y madres deben tomarse la adolescencia con mucha paciencia, mucho amor hacia sus hijos e hijas y una buena dosis de sentido del humor. Tampoco viene mal recordar la propia adolescencia, eso nos acerca a ellos y ellas y consigue que entendamos mucho mejor sus respuestas. Y sobre todo, ser siempre conscientes de que solo es una etapa, que llega un día en el que la adolescencia termina.
  • anorexia

  • Trastornos de la alimentación. La adolescencia es el momento en el que suelen aparecer los trastornos de la alimentación como la anorexia y la bulimia. No hay una fórmula eficaz al cien por cien para evitarlos, pero conseguir que nuestros hijos e hijas tengan una relación saludable con la comida y conocer bien las enfermedades para detectarlas en sus primeros síntomas, pueden ayudar a minimizar sus consecuencias.
  • Bullying. El acoso en la escuela es otro de esos problemas graves que acechan a los y las adolescentes. La mejor forma de combatirlo es la información. Debemos conseguir que tanto nuestros hijos e hijas como nosotros y nosotras mismas tengamos suficiente información sobre ello. Como con los trastornos de la alimentación y el resto de problemas que pueden aparecer en la adolescencia, detectarlo en sus inicios hace que el problema sea mucho más fácil de solucionar.
  • adolescentes

  • Acoso por Internet. Internet es una herramienta muy poderosa y de la que se puede sacar un magnífico rendimiento. Pero deben saber usarlo con seguridad. Debemos ocuparnos de que desde su infancia sepan qué puede y qué no puede hacerse por Internet; de esa forma disminuirá la posibilidad de que sufran este tipo de acoso o de que corran otros riesgos asociados al uso de estas herramientas.
  • Consumo de sustancias. La educación dentro de la familia, y fomentar la responsabilidad de los y las adolescentes, son los métodos para luchar contra el abuso de sustancias, sean legales o ilegales.
    Si fomentamos una vida sana en nuestros hijos e hijas y les damos suficiente información veraz y objetiva sobre los efectos de las drogas, estaremos poniendo medidas para prevenir y/o reducir los riesgos asociados a estos consumos.
  • embarazo

  • Embarazos no deseados. El embarazo en la adolescencia puede arruinar el futuro de nuestras hijas. La forma de evitarlo es que los chicos y las chicas tengan información sexual suficiente y acceso a métodos anticonceptivos.
  • Depresión. La depresión aparece con relativa frecuencia en la adolescencia. Si tenemos la mínima sospecha de que nuestro hijo o hija está pasando por una depresión, hay que pedir ayuda a profesionales.
  • Abuso sexuales. El abuso sexual es un problema que sufren sobre todo las adolescentes, pero es muy importante hablar tanto con ellas como con ellos para que entiendan lo que es el abuso, entiendan que no tienen que permitirlo ni realizarlo y que es un delito. Es importante que sepan que deben denunciarlo si les ocurre.
  • Accidentes de tráfico. Es importante fomentar la responsabilidad de hijos e hijas cuando empiezan a conducir cualquier vehículo y darles ejemplo cuando nos vean conducir.